Dolores Promesas: dos momentos, dos experiencias

¡Buenos días!

Hoy os quiero hablar sobre la marca de ropa Dolores Promesas. Para aquell@s amantes de la marca  os adelanto que la firma va a inaugurar nuevas tiendas dentro de poco en Barcelona y en A Coruña.

No obstante, hoy me gustaría hacer una reflexión más allá de la marca en sí. ¿Consideráis que los vendedores de las tiendas os tratan de manera diferente en función de vuestra manera de vestir? ¿O de si aparentáis si vais o no vais a comprar?

Pues esto es precisamente lo que me pasó a mí no hace mucho en una de las tiendas Dolores Promesas de Madrid. Por diferentes razones tuve que ir a la tienda Dolores Promesas en dos ocasiones, con dos semanas de diferencia. La primera de las veces que fui me acompañaron una amiga y mi pareja. Nos íbamos de excursión así que fuimos vestidos con ropa muy informal, tipo sport. Al entrar, empezamos a mirar la ropa, a comentar entre nosotros, e incluso mi amiga se probó un par de vestidos. No obstante, en todo el tiempo que permanecimos en el establecimiento, no se nos acercó ninguna dependienta para preguntarnos si necesitábamos ayuda, o para decirnos si estábamos buscando algo en concreto,…

“Curiosamente”, ese día compramos. Pero me fui descontenta con el trato recibido (o no recibido directamente), y considero que la manera de no atendernos se debió definitivamente a nuestra manera de ir vestidas (¡ese día y en ese momento!) y por el hecho que creyeron que no teníamos interés en comprar (o posibilidad de hacerlo...).

En cambio, a las dos semanas, cuando regresé, fue justo antes de una comida familiar, por lo que iba arreglada. ¡Vaya QUÉ SORPRESA! Al entrar, una de las chicas se me acercó (no era nueva, sino una de las que ya había visto la vez anterior), me indicó qué modelos habían llegado recientemente, y estuvo todo el tiempo amable y dispuesta a ayudarnos en la compra, que finalmente no hicimos (¡pues la verdad es que salí preguntándome el porqué del cambio en su manera de atendernos en esta ocasión!)

Eso sí, la ropa y la tienda preciosas y de buena calidad, todo sea dicho. Lástima que algunas veces el trato de algunas vendedoras desmerezca el producto que tienen entre manos…

Y ante esto, lo que me pregunto es ¿Por qué? Es decir, ¿qué tiene que ver nuestra imagen con nuestro poder adquisitivo?, ¿Por qué al entrar en una tienda menos arreglada, algunas veces, produce una peor atención por parte del personal vendedor?

Hoy os hablo de una tienda y de dos situaciones muy concreta pero os aseguro que ésta no es ni la primera vez ni en el único sitio que me ha ocurrido. Y sinceramente, considero que en todas las tiendas se debe proporcionar siempre un trato exquisito a cualquier persona que entre, pues nunca saben dónde puede estar su próximo cliente…

¿Os ha pasado alguna vez? ¿Qué opináis?

¡Hasta Pronto!   

Laura Moluco